Buscando cómo hacer un cuidador para mis hordas de ratas Gigantes o ratas Ogro, caí en que podría reconvertir a uno de estos antiguos hombres rata, o como alguno los llama cariñosamente, hombres mono. Este apodo es debido a sus enormes manos y sobretodo pies y pezuñas.
Para que no quedase la miniatura tan burda decidí trabajar un poco con el cúter antes de ponerme a pegar o masillar. Así que le reduje un poco los pies. Retiré el plástico fabricado en 1999 a finas capas para evitar posibles fracturas, ya que por presión podía partir la pierna.
Sorprendentemente, la pieza no dio sensación de irse a romper y aguanto estoicamente cada una de las embestidas de mi cúter.
A continuación, busqué un brazo que estuviese en una postura activa, para simular el movimiento al agitar el látigo que luego tenía pensado colocarle.
En cuanto al látigo, que debía ser el elemento más identificativo de la miniatura y el que mayor sensación de movimiento y vitalidad le disese, lo confeccioné de la siguiente manera:
- Hacer un cilindro lo más alargado y fino que se pueda sin que llegue a romperse.
- Hacer dos cilindros más de dimensiones similares, hay que hacerlos más largos de lo que queremos que mida finalmente el látigo.
- Enrollar los 3 cilindros girando los extremos.
- Darle la curva que desees.
- Preparar el extremo donde se pegará al mango cortando la "trenza", y en el otro extremo igual se puede o cortar o abrir para dejar las cuerdas sueltas.
Al final del látigo me decidí por hacer una especie de cuchilla que más adelante uniría en el extremo con masilla.
En el otro brazo decidí evitar que se viese la enorme mano, así que le amputé la mano y le puse la cuchilla recortada de una espada.
Para aumentar la rigidez de la unión de la cuchilla con el muñón le coloqué una tira de masilla a modo de venda.
Este mismo "truco" lo empleé en la unión látigo-mango con un fino cilindro enrollado, que posteriormente, lo aplasté un poco para que no llamase tanto la atención.
La pequeña cuchilla triangular para el final del látigo también la uní con pegamento primero y luego con un pequeño cilindro para simular que entraba por el orificio que había marcado.
En el otro brazo decidí evitar que se viese la enorme mano, así que le amputé la mano y le puse la cuchilla recortada de una espada.
Para aumentar la rigidez de la unión de la cuchilla con el muñón le coloqué una tira de masilla a modo de venda.
Este mismo "truco" lo empleé en la unión látigo-mango con un fino cilindro enrollado, que posteriormente, lo aplasté un poco para que no llamase tanto la atención.
La pequeña cuchilla triangular para el final del látigo también la uní con pegamento primero y luego con un pequeño cilindro para simular que entraba por el orificio que había marcado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario